USO: Atención a niños y jóvenes en estado de vulnerabilidad.
SITIO: Terreno previamente impactado, con intenso arbolado, rodeado de un apantle.
CLIMA: Las estrategias de diseño bioclimático dictan un sembrado disperso, ventilación natural controlada y sombreado con volados y árboles caducifolios.
NATURALEZA: El diseño paisajístico rescata más de 200 árboles y se apega a la topografía existente para ofrecer espacios de recreación, deporte y contemplación.
AGUA: El agua para el consumo se obtiene de la captación pluvial y su manejo en un circuito cerrado de recolección, filtración, uso, tratamiento de aguas residuales, reuso en sanitarios y riego de jardines. Con los escurrimientos del apantle se diseñan espacios lúdicos para el esparcimiento y la contemplación.
ENERGÍA: La suma de la doble techumbre, lucernarios, plafones y ventanas operables genera un sistema de ventilación pasiva, que logra el confort al interior sin medios mecánicos de climatización. La iluminación se resuelve con tragaluces y ventanas con postigos deslizables de carrizo de colores para regular la entrada de luz solar. El uso de luminarias LED y equipos de alta eficiencia energética permiten abatir el costo del consumo de luz.
MATERIALES: Los materiales utilizados -vigas laminadas, acero, lámina, adobe, ladrillo, cristal- generan un diseño moderno inspirado en la arquitectura vernácula.
RESIDUOS: Separación de residuos, composta y plan de manejo de residuos.
ACCESIBILIDAD: Módulos de una planta unidos entre sí por andadores con suaves rampas. Baños con accesibilidad.
COMUNIDAD: Se llevaron a cabo talleres interactivos con los usuarios para definir sus necesidades y deseos y poderlos integrar al proyecto.
LEGADO: El gran impacto social y económico de este proyecto y la sustentabilidad en materia de energía, agua y residuos son la suma de todos los elementos que se requieren para dejar un gran legado a la población morelense.